Ya no hay tiempo que perder. La crisis climática global que atravesamos exige de las personas, empresas y comunidades acciones concretas y sostenidas para frenar las consecuencias del cambio climático.
Reciclar, el desafío de este siglo
Hoy los esfuerzos e innovaciones ambientales abren caminos esperanzadores frente a las graves consecuencias de la depredación sostenida de los recursos naturales de los distintos ecosistemas. Sin embargo, falta mucho por hacer.
El Acuerdo de París, firmado en 2015 por 188 naciones, fija como primera meta el 2030 para reducir la temperatura del planeta en 1,5°. Esto solo es posible con diversas acciones orientadas a reducir la huella de carbono tanto individual como colectiva.
Este objetivo obliga a las sociedades y empresas a repensar otras formas productivas y de manejo de los residuos que permitan el equilibrio entre los recursos económicos y ecológicos.
En este sentido, la gestión ambiental es una vía para que las empresas se comprometan activamente no solo en detener el avance de la crisis, sino también en transformar la perspectiva de la producción y el consumo de servicios y productos. Ya no se trata solo de producir, sino de contribuir a la mejora de la vida de las personas y sus ambientes.
Reciclar es una forma de reducir los impactos que la actividad productiva genera en los ambientes sociales y naturales. Gestionar los residuos permite disminuir la huella de carbono o los gases que estos residuos provocan y, por lo tanto, la temperatura de la atmósfera.
¿Cómo reciclar en tu empresa?
Aquí te proponemos algunos elementos que pueden ser útiles para orientar un plan inicial de reciclaje en una empresa:
- Evaluar la necesidad y revisar el contexto de la empresa. Es un primer paso para abordar el reciclaje de manera sostenida en el tiempo. Tal vez se pueda solicitar una asesoría para medir el impacto ambiental de la empresa y reconocer la cantidad y tipo de residuos que se generan.
- Otro aspecto fundamental es la separación de los residuos en el lugar donde se generan. Separar los residuos es vital frente a la cantidad diaria de residuos que se generan por persona, lo que aumenta exponencialmente si se lleva a los espacios de trabajo.
- Planear la forma en que se recolectarán los residuos, de modo que todas las personas que allí trabajan sepan cómo funciona y dónde se realizará. Este punto implica una labor de formación y sensibilización para que las acciones sean comprendidas, teniendo objetivos claros y reconocidos por todas las personas.
- Otro aspecto a considerar es conocer las características de los residuos que se van a separar para reciclaje. A partir de estas características es posible disponer las condiciones para recibirlos de forma segura para el posterior retiro y gestión.
- La separación correcta de los residuos amplía la posibilidad de que estos sean recuperados y reinsertados en el sistema productivo. Pero no basta solo separar, sino también procurar que los residuos sean retirados y gestionados por empresas especializadas.
¿Qué residuos que se pueden reciclar en las empresas? Aquí algunos ejemplos:
- Papel y cartón, por supuesto. Son productos abundantes, sencillos de reciclar y que se pueden reutilizar.
- Envases plásticos, uno de los residuos más resistentes a la degradación. En general, su separación es sencilla y las posibilidades de reutilización, altas.
- Residuos electrónicos, los imperdibles de toda empresa. Todos aquellos productos electrónicos dados de baja deben ser reciclados. Esto es clave, puesto que se trata de objetos con un alto poder contaminante.
- Cartuchos de tinta y toners. Residuos altamente contaminantes debido a la composición de las tintas, las que poseen hierro, carbón, cromo, cobre, cianuro, acrílicos y otras partículas plásticas.
- Pilas y baterías, las que tardan miles de años en degradarse. Por eso es tan importante separarlas y disponerlas donde corresponde, evitando que contaminen por largo tiempo.
